Para comprender el significado y utilidad de un mapa de peligrosidad sísmica es necesario comprender los conceptos de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo. Cuando se habla de Peligro Sísmico nos referimos a la amenaza que tiene una zona determinada de ser impactada por un terremoto. La Vulnerabilidad se refiere al escenario expuesto a ese peligro, digamos las edificaciones; y el Riesgo es el producto del Peligro y la Vulnerabilidad, y se caracteriza por los estimados de daños materiales y humanos. En este sentido una zona puede tener alto peligro sísmico pero bajo riesgo si no tiene un escenario vulnerable para provocar daño. Por consiguiente, como el peligro o amenaza no se puede cambiar, la única manera de disminuir el riesgo es trabajando en la reducción de las vulnerabilidades.

El Peligro Sísmico por lo general se expresa en términos de probabilidad, y se determina por la historia sísmica conocida en dicha zona y la geodinámica de las fallas tectónicas. Aquí es importante saber hasta dónde se extiende los catálogos históricos de terremotos fuertes. Por ejemplo los países de Europa, Asia y África tienen catalogados terremotos ocurridos hace más de mil años, mientras que los países de las Américas solo cuentan con 500 años de historia sísmica. Así, mientras más tiempo se extiende el catálogo de terremotos en la historia, entonces se puede disminuir la incertidumbre en los estimados de peligro sísmico.  

El mapa que se muestra en la figura anterior corresponde con el Peligro Sísmico de Cuba y se usa para el diseño de estructuras sismo-resistentes. Se observa que los valores estimados de aceleración del terreno o intensidad de la sacudida, tienen un 10% de probabilidad de ser excedidos por la ocurrencia de un terremoto dentro de un período de 50 años de vida útil que tiene una edificación.  Esto quiere decir que al diseñar una edificación que soporte los niveles de sacudida del terreno indicados en el mapa de peligro sísmico, estamos garantizando un 90% de probabilidad de que en 50 años de vida útil dicha edificación no sufra daño o colapse por la ocurrencia de un terremoto. Si queremos dar una mayor seguridad a la edificación según el nivel de importancia, entonces se proporciona un mapa de peligro sísmico con valores mucho más elevado de aceleración del terreno y una menor probabilidad de excedencia. Por ejemplo, para el diseño de una planta nuclear se usan valores de aceleración que garantiza un 97% de probabilidad de que en 50 años de vida útil dicha planta no sufra ningún daño.